sábado, 16 de agosto de 2008

Dolor de Panza

Soy Panza. Un dolor me atraviesa. Se expande por mis entrañas como un veneno. Mi lecho me contempla en un oscuro silencio, mientras me hundo, cada vez más, en su desierto de siniestros matices. Por favor, no me mires con esa boca avergonzada, que tanto anhelo. ¡No es mi culpa! Las condiciones en las que me encuentro... El hambre corroe el alma, Ud sabe. La sed también. Y me he perdido. Me he perdido en los ríos equívocos que incitan, incluso, a la lengua más tímida. Me dilato. No podría levantarme aunque quisiera. Late en mi interior el engendro gástrico que he creado. No verás el mundo, querido. De todas formas, no te perdés demasiado. Desciendo más aún, con mi cuerpo maltrecho, ajado por una sensación efímera. En el lecho. Que permanecerá. Aún cuando mi dolor y yo hayamos partido.

No hay comentarios: