domingo, 3 de mayo de 2009

Una pestaña

Una pestaña. Una pestaña se separó de otras. Una pestaña se cayó o se tiró… Mejor pensar en la caída, tirarse implica demasiadas cuestiones. Una pestaña cayó para terminar en tu mejilla. Para ser un simple pretexto para unir nuestros dedos. Para tocarnos. Para pedir y desear. Para medir qué dedo está más transpirado, qué dedo ansía más. Para pedir y desear que nuestros deseos sean el mismo. Nuestros dedos compiten, se besan. Me arrancaría todas las pestañas con tal de sentir ese beso poco erótico para algunos, mas no falto de pasión. Una yema devorando a la otra. Tu huella impregnada en la mía. Sé que nos separaremos, qué sólo uno obtendrá su deseo y que poco importará el resto. Sólo uno podrá depositar la pestaña en su pecho o soplarla como hacen a los que les gusta desperdiciar oportunidades. Eso no me hará dejar de desear. Siempre habrá pretextos para tocar. Siempre habrá otra pestaña suicida a la espera de saltar.