sábado, 30 de agosto de 2008

2.16

Hicimos todo, hicimos todo mal. Demasiada suerte en el juego. Me equivoqué. No escuché tu ruego. Te dije que te fueras. No vuelvas ahora, como un recuerdo, como algo tan muerto. ¿Cómo se apagó así tu cara? ¿Cuándo partió la llama, corazón de lata? Negra el alma. Es lo que el destino te depara. Es tan delineado tu camino. Y tu maquillaje se ha corrido. No llores con esos ojos de niño que no son tuyos. Y sin importar cómo sonreís, sonreís. Tropiezo, cada vez tropiezo más. Y te vas. Perder por perder. Mejor que seguir igual. Trato de justificarme, de consolarme, como puedo, me consuelo, aunque no puedo.

sábado, 16 de agosto de 2008

Dolor de Panza

Soy Panza. Un dolor me atraviesa. Se expande por mis entrañas como un veneno. Mi lecho me contempla en un oscuro silencio, mientras me hundo, cada vez más, en su desierto de siniestros matices. Por favor, no me mires con esa boca avergonzada, que tanto anhelo. ¡No es mi culpa! Las condiciones en las que me encuentro... El hambre corroe el alma, Ud sabe. La sed también. Y me he perdido. Me he perdido en los ríos equívocos que incitan, incluso, a la lengua más tímida. Me dilato. No podría levantarme aunque quisiera. Late en mi interior el engendro gástrico que he creado. No verás el mundo, querido. De todas formas, no te perdés demasiado. Desciendo más aún, con mi cuerpo maltrecho, ajado por una sensación efímera. En el lecho. Que permanecerá. Aún cuando mi dolor y yo hayamos partido.